No solo Modelismo Naval. La Historia tambien cuenta

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domingo, 6 de marzo de 2011

LA ESTUPIDEZ


Soy de la opinión que las personas que tienen algún padecimiento, bien físico o psíquico, son dignas de ser ayudadas por la sociedad para su recuperación y que puedan reintegrarse a su vida normal lo mejor y mas pronto posible.

Esto no pasa con la estupidez, la estupidez resulta ser una enfermedad crónica y por tanto incurable, uno nace estúpido y muere con la misma tara.
Las enfermedades mas comunes tienden a crear en nuestra psique un cierto desconcierto que puede llevarnos a confusión, desorientación, desasosiego, inquietud, nerviosismo que nos hace comportarnos estúpidamente sin que por ello tengamos ese título, son las circunstancias de la vida y nada mas.
Hay quien sin embargo da muestra de estupidez crónica y por ello no lo catalogamos de enfermo, que bien podría ser, en base a criterios científicos perfectamente definidos de lo que consiste y alberga la estupidez, aunque, bien pensado, podría no poder ser catalogada por el amplísimo abanico de variedades que presenta, haciéndola indefinible.
Como enfermedad se explicó hace mucho tiempo como algo distinto a los padecimientos humanos mas comunes, " curiosa enfermedad es la estupidez, no la sufre quien la padece" .
El estúpido, en esa estupidez que nunca reconocerá, porque no sabe hacerlo, cree que es inteligente, ocurrente, simpático y hasta figura, porque todo el mundo le escucha asombrado y boquiabierto, su verborrea deja atónito a todo el que le oye, y piensa el pobre estúpido que su verdad es autentica porque nadie le replica, no sabe que no se discute con un estúpido, el que lo hace corre el riesgo de ser confundido, nunca se debe discutir con un estúpido, los demás pueden no saber quien lo es. En el colmo de la tolerancia y benevolencia si se intenta explicar y/o razonar con un estúpido llevándolo por un camino sencillo y claro, quien así lo hiciere, se va a encontrar con la reacción mas estúpida que nunca había oido, quedando no sorprendido, sino asombrado por una reacción tan fuera de lo natural.

Recuerden no se discute con un estúpido y en el caso probable de hacerlo, será inútil, nunca cejan y corremos el riesgo de nos metan en la misma bolsa.


La indecencia de la estupidez presupone que todos tenemos algo de estúpidos; de forma ocasional nos puede aflorar en algún momento de nuestra vida, es natural tanto como los momentos brillantes que podamos vivir, y por esos escasos momentos de estupidez, intentan colocarnos la etiqueta de estúpidos, y es razonable, pero no deja de ser una enfermedad aguda como la apendicitis. Sin embargo hay gente que manifiesta su estupidez de forma permanente, esa perturba de forma constante, porque además piensan que el resto del género humano somos igual o más estúpidos que ellos mismos.


Conozco a estúpidos recalcitrantes que se plantan en un estrado para convencernos que lo suyo es lo mas granado del evento, como si los demás fuéramos ciegos, su trabajo estará bien, pero hay otros también muy buenos, y posiblemente mucho mejores que el suyo, eso les trastorna y se pierden continuamente en divagaciones, vituperando el trabajo ajeno y sin dar ni un solo dato del suyo, sería que se lo fuésemos a piratear o algo así, son unos impresentables en el mas amplio sentido de la palabra.
Estos individuos tienen a bien ser participes en algún lado de la política, generalmente radical, de cuño de aluño como decía D. Mendo, y todo su comportamiento lo pasan por el tamiz político, lo cual no deja de ser una desgracia personal porque es una perdida de la perspectiva de la realidad general, dentro de la objetividad y mesura que el conocimiento proporciona a una persona, que siendo presumiblemente culta, debe de albergar, y sin embargo no se comporta con la moderación requerida.
Tienen la costumbre de interpelar en conversaciones, digamos sin pedantería inteligentes, a personas con mucha mayor capacidad y conocimientos, metiendo oportunamente la pata al sacar ese sesgo antes mencionado, nada se escapa su visión cicatera de cualquier tema, y enarbola su bandera inoportuna como una reivindicación que, por cierto, siempre esta fuera de lugar.
El estúpido es un ser susceptible a cualquier opinión que atisbe una mínima critica a su persona, trabajo u opinión política, se vuelve agresivo e insultante en sus respuestas, cree que los demás tienen que opinar como el, se siente víctima, desdeña sistemáticamente a aquellos que se atreven ejercer su derecho a la critica constructiva, pero el la ejerce de forma aplastante e inmisericorde, la objetividad de sus criticas esta lejos de la moderación y la ecuanimidad. A veces es tal la forma en que se expresa que termina siendo llamado a capitulo, y que reconsidere sus opiniones, en el fondo creo que les debe patinar alguna neurona desde que se afilian a la política, les comen el cerebro, si lo tienen, y se lo llenan de otras estupideces.
Sufre, creo que sufre, le han enseñado principios basados en la demagogia, principios sectarios, principios de exclusión, tan recalcitrantes que su mente esta ocluida al mínimo sentido común y de la realidad, en una palabra le han engañado y no lo sabe, y aunque lo supiera, seguro que se negaría a reconocerlo.
Cualquiera que lea estas líneas pensara que estoy siendo muy duro con este pobre estúpido, y es posible, pero no me anima ningún espíritu denigrante, en el fondo me da hasta pena, porque son muchas personas, que teniendo capacidad para entender el mundo de una forma mas serena, solo sean capaces de ceñirse a un mundo reducido lleno de viejas leyendas y prejuicios con ninguna idea creativa, todas tendentes al menosprecio, al complejismo, a la envidia, etc. Es una verdadera lástima desaprovechar tanta capacidad en algo que no es útil, esto solo conduce a un camino absurdo, camino que lleva, siendo benévolos, a la frustración y al desasosiego. Porque muchos de esos cerebros llenos de estupidez, también hay capacidad, pero sin desarrollar.
Lo deseable seria que aprendiesen de la experiencia, pero la estupidez no aprende, se cultiva a si misma, actúa en retroalimentación, les resulta difícil la apertura al exterior donde el mundo les es completamente desconocido, porque no lo entienden, y pretenden que siga siendo así, no ocupando en su tiempo e "intelecto" ni un ápice de energía en intentar descubrirlo.
Ser estúpido es similar a ser ciego que, además de no ver, tampoco quiere curarse la ceguera.

Al crear el mundo, Dios puso límites a todas cosas de la naturaleza creada, pero se olvidó de la estupidez, por lo que ésta no tiene límites.

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