El Maestro José Rodríguez
Es complicado ser agradecido sin caer en el exceso de elogios
o halagos, podrian parecer una
desmesura, por lo tanto incomprendida,
hacia alguien que, por su talante, disposición, compañerismo, o cualquier otra
virtud de generosidad, muestra su conocimiento sin reservas de ninguna clase a quien tercia presentarse oportunamente en su
hábitat tan solo con su capacidad de aprendizaje a pleno rendimiento.
Recientemente un grupo de modelistas de la
Liga Naval hicimos una visita al maestro D.
José Rodríguez en su taller en la ciudad de A Coruña, con la intención de
compartir unas horas intercambiando conocimientos sobre nuestra afición, y
efectivamente eso hicimos, pero al final tuvimos la sensación que el
conocimiento fue solo en una única dirección,
José Rodríguez nos abrumó con casi todo.
Es necesario indicar que prácticamente el 99% de su maquinaria
es producto de material reciclado de distintas procedencias. Motores de
lavadora, friega platos, de los elevalunas de los coches, un sinfín de cosas
extraídas de desguaces, y chatarrerías, como los elementos pertenecientes a una
ciclostatic de la cual ha sacado provecho del cuadro y los tambores. No falta
ningún tipo de herramienta posible que sea utilizada por él para construir
cualquier pieza que necesita en un momento dado. Nos quedó clrisimo que si no
tiene un útil para fabricar no sé que pieza, él lo inventa con unas pocas
maderas ó metales con un resultado de la mayor eficiencia.
Si una sierra se le mella la repara, si se le estropea
cualquier motor lo bobina personalmente, es un concesionario de sí mismo,
fabrica, emplea y repara cualquier cosa que halla inventado. A cada problema le
pone una solución que desarrolla el mismo.
Todo lo que puede enseñar nos lo muestra, definiendo la idea
y la función de cada cosa con una claridad meridiana y de muy fácil
comprensión, que, hasta a mí, negado para la mecánica, me resultaba extraordinariamente
claro.
La particularidad mas notable de éste maestro del modelismo,
aparte sus sobradas cualidades técnicas, es la generosidad y sencillez,
verdaderamente impresionante, con la que trata a las personas que nos acercamos
a él. Su taller está siempre abierto y su predisposición es indudable que
también.
Como ha expresado un colega en el foro (contramaestre) de alli
salimos con la cabeza llena de ideas, y la tremenda facilidad con la que
resuelve todos los problemas que solemos tener, que evidentemente no
atinamos a resolverlos, José lo hace con una facilidad pasmosa.
Capitulo herramientas, salvando las comunes, martillos,
alicates, etc, él apaña algún alicate de pinza redonda afinando la puntera para
tener un diámetro menor, las pinzas corrientes de depilar, o sanitarias les
acopla un tornillo y adecúa las puntas para poder mantener la presa de lo que
precise manipular, se fabrica las gubias con restos de metal de sierras de carpintería.
Algo que verdaderamente nos sorprendió fue la sierra de
vaivén, máquina construida por él de lo que solo el motor no lo construyó él, las
dos sierras de cinta, la mas grande emplea el bastidor de la ciclostatic como
bastidor de la sierra.
La máquina de colchar, un auténtico prodigio, la tiene
acoplada en los dos extremos del taller, pudiendo colchar hasta diez metros de
una sola vez, independientemente del grosor, tres pequeños motores que ruedan
sincronizados en un extremo y un cuarto que rota acompañando en el otro
extremo, nos hizo una demostración in situ.
El copiador, la sierra circular, la regruesadora, la
lijadora, etc, etc, elaboradas con motores reciclados de distintas clases según
la necesidad. Dispone de un transformador de corriente, elaborado por el mismo,
en la que tiene salidas de distintas intensidades para cada motor. Una actitud
que me pareció estupenda, por la seguridad, es que solo tiene un cable de
alimentación, que va cambiando de motor en motor, así evita tener demasiados cables
encima de la mesa y al mismo tiempo los que tiene al uso en la mesa están desconectados
y los conecta según los va necesitando.
El Galeón de la
Batalla de Rande, prácticamente concluido, nos permitió
apreciar la calidad del acabado, la fineza del trabajo de la madera, la
construcción de ventanas, escaleras, motones, cordelería, en fin, un trabajo
excelente obra de un maestro.
Fue todo muy compendiado
con satisfacción y la sensación de que un día solo se queda escaso,
circunstancia que también es positiva y es motivación para volver algún día,
mas adelante.
Mi mas sincero agradecimiento por todo lo que he y hemos
aprendido.
Un saludo muy afectuoso Maestro.
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