No solo Modelismo Naval. La Historia tambien cuenta

Bienvenido a mi blog.
Aqui comentaré los trabajos de MN que efectúe de ahora en adelante y sobre los modelos que he construido anteriormente.

La Historia del mar y la navegación, tienen aquí su espacio.

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viernes, 27 de mayo de 2016

Cualidades personales de Cristóbal Colón.


La inteligencia de C. Colon descansa tanto en las cualidades de su espíritu como en la fuerza de su carácter, cuyo impulso era grande.
Estaba dotado de un gran poder intuitivo para poder explicar y hacer comprensible los fenómenos que observaba.
Se puede decir con certeza que no es la cantidad, sino la calidad de los estudios que en los libros se realicen, lo que hace a un hombre más o menos culto.
La principal característica de Cristóbal Colón es el conocimiento y la observación de los fenómenos naturales que los navegantes contemporáneos del almirante o no apreciaban o no sacaron conclusión alguna de ellos, ya que tenían que observarlo forzosamente dada su profesión.
Las teorías de Colón, sobre todo lo que propuso, son propias y le pertenecen, son el producto de su trabajo y su extraordinario poder de razonamiento. La ciencia consiste en la explicación de los fenómenos naturales para hacerlos comprensibles al conocimiento humano. No es de extrañar, pues, que sus razonamientos hayan influido poderosamente en el pensamiento humano a partir de él.
Teniendo conocimiento de las dichas ciencias; Astrología, geometría, aritmética comenzó a dedicarse a navegar. A dedicarse a las cosas de la mar, influido sin duda por algún varón destacado de su familia, dejó de estudiar latín y demás disciplinas teológicas para dedicarse a la navegación. Basta con leer sus escritos para comprender que la cultura que poseía no pudo  adquirirla al azar, sino de forma disciplinada y muy bien dirigida, como también lo demuestra su portentosa forma de generalizar y explicar los fenómenos que observaba.
De las cosas de la mar sabía más que cualquier piloto de su tiempo.

Von Humboldt lo describió de la siguiente manera: La gloria de Colón, como la de todos los hombres extraordinarios que por sus escritos o por sus acciones han ensanchado la esfera de la inteligencia, descansa tanto en las cualidades del espíritu y la fuerza del carácter, cuyo impulso realiza el hecho, cuanto en la poderosa influencia que ha ejercido, sin proponérselo, en los designios de la humanidad.
Este sabio ensalza a Cristóbal Colón ponderando la complejidad del problema que se vio obligado a resolver. Humbolt compara a Colón con Aristóteles, Platón, Newton, y Leibnitz. Considera justo colocarle entre ellos por sus portentosos descubrimientos. El Almirante, como todos ellos, tenía un gran poder intuitivo para la generalización de los fenómenos observados.

En su libro “Colaboración a la solución de un problema coloniano”   Publicado en 1948; Antonio Fernández Fernández nos explica todas las ramas del saber que de aquellos tiempos conocía perfectamente el gran nauta. Marino y piloto, Astronomía, Cosmografía, Geografía física, Arquitectura naval, Cartografía, Naturalista, describió como nadie en su tiempo un maremoto, explicó de manera natural la erupción del Teide en el 1º viaje. Hizo una acertada previsión del ciclón que hundió la flota de Bobadilla. En la corte de Portugal y Castilla era tenido por sabio.
Si tenemos en cuenta y relacionamos ordenadamente los descubrimientos y observaciones que realizó y dejo convenientemente anotadas, Don Cristóbal Colón, Almirante de la mar océano, se ha de resaltar que, si después de todo ello no se le considera en la categoría de los hombres sabios, a nadie se podrá aplicar éste calificativo.

Es difícil entender que Colón se hubiese dedicado a oficios mecánicos como era el de cardador de lana, este oficio se caracteriza por lo mecánico de la labor, haciendo que se pareciese más a una máquina que a un ser pensante. Lo ratifica Hernando Colón y Las Casas en su biografía.
-      De tierna edad aprendió las letras lo bastante para entender a los cosmógrafos, a cuya lección fue muy aficionado; por lo cual se dedicó también a la astronomía y la geometría. Pues estas ciencias están relacionadas, que no pueden estar la una sin la otra; y también porque Ptolomeo en el comienzo de su Cosmografía, dice que nadie podrá ser un buen cosmógrafo sin ser dibujante, aprendió también el dibujo, para situar las tierras y formar los cuerpos cosmográficos en el plano y en la esfera.
Si Colón se hubiese dedicado a los trabajos de cardador, es improbable que adquiriese, y aún que conservase el extraordinario poder de generalización que se le reconoce. Por tanto estamos de acuerdo en lo que escribió Hernando Colón, tiene razón cuando dice que su padre no se ocupó nunca de oficios manuales. La ley natural es la que nos obliga a pensar de esta manera.



lunes, 23 de mayo de 2016

Lo que la historia nos deja y lo que vamos encontrando.

Las autoridades italianas mostraron este miércoles una carta original de Cristóbal Colón escrita en 1493 con detalles del descubrimiento del “Nuevo Mundo”. Ésta carta fue sustraída y sustituida por una falsificación, reproducción muy sofisticada, en una biblioteca de Florencia. El original fue a parar a la Biblioteca del Congreso estadounidense. En Italia nunca nadie se percató del hurto. Ni expertos ni archiveros de la biblioteca de Florencia se habían dado cuenta. Las autoridades italianas, empezando por el ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, han admitido que  “Fue un robo realizado de forma sofisticada. Se han necesitado muchas verificaciones por parte de estudiosos para demostrar que la carta de Florencia era falsa. Además, durante años nadie se ha dado cuenta de que era una reproducción” eso explicó a la prensa. La carta en cuestión es una de las 16 a 18 copias  que Colón mandó imprimir para enviar a los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, en 1493 con los detalles de la primera expedición. Haciendo referencia al artículo que informa del hecho en el periódico “La Vanguardia”. Reproduzco parte del texto publicado en el que se explica claramente lo sucedido:  “Muchas veces la realidad supera la ficción y eso es lo que parece haber ocurrido en esta ocasión: la carta, que se suponía en Florencia, ha sido encontrada en Estados Unidos después de haber sido robada - se desconoce cuándo-, vendida en subasta y donada por una persona particular a la Biblioteca del Congreso en Washington. Todo este proceso, además, fue llevado a cabo sin levantar sospechas, pues tras el robo el ladrón colocó una falsificación en el mismo lugar en el que se conservaba la carta original, en la biblioteca florentina. El descubrimiento ha sido posible gracias a la colaboración entre la Unidad de los Carabineros para la Protección del Patrimonio Cultural (Comando Carabinieri Tutela Patrimonio Culturale - TPC) de Italia y las fuerzas de seguridad estadounidenses. De esta manera, Italia recupera una carta de extraordinario valor histórico y de archivo que hasta hace poco no sabía que había perdido. Una investigación sobre el paradero de unos libros antiguos destapó el fraude de la misivaEl hallazgo ha salido a la luz a raíz de otra investigación que nada tenía que ver con la misiva del descubridor de las Américas. En 2012, la Policía italiana inició una investigación para dar con el paradero de unos libros antiguos cuya desaparición había sido denunciada por el director de la Biblioteca Nacional de Roma. Durante las investigaciones, los carabineros comprobaron que la biblioteca romana poseía una copia falsa de una de las cartas originales de Cristóbal Colón. La investigación no concluyó aquí, sino que les llevó hasta Florencia, donde evidenciaron que también la copia conservada en esta ciudad italiana era falsa. Ambas cartas habían sido robadas en algún momento en el pasado y sustituidas por reproducciones muy conseguidas, aunque falsas. Entre las pistas que llevaron a expertos a concluir que estas cartas que se encontraban en Italia no eran las auténticas se encontraban, por ejemplo, el sistema de numeración o la ausencia de un sello oficial. “Se trataba de reproducciones fotográficas modernas impresas en papel antiguo, pero con características incompatibles respecto a la fecha en la que fue escrito el documento”, apuntó el comandante de los carabineros del TPC, el general Mariano Mossa. El ejemplar había sido subastado por 350.000 euros pero está valorado en un millón Comenzó entonces una exhaustiva labor de búsqueda que desembocó en Estados Unidos, concretamente en la Biblioteca del Congreso. El ejemplar auténtico, valorado en un millón de euros (unos 1,127 millones de dólares), había sido vendido en subasta por 400.000 dólares (unos 354.910 euros), adquirido por una persona y posteriormente donado a la biblioteca estadounidense. La carta original, que supone “un diario de a bordo”, en palabras de Stacchetti, ya se encuentra en Florencia, donde aún es necesario estudiar si será expuesta al público o conservada entre los tesoros más protegidos. De las dos cartas robadas, solo la de Florencia ha sido encontrada, mientras que la Policía italiana continúa con las investigaciones para encontrar el ejemplar original de la sustraída en Roma. Fue un robo casi perfecto, llevado a cabo “en una época impredecible” según las autoridades y por un ladrón que hasta el momento no ha podido ser identificado lo que otorga a la historia elementos quizás dignos de un guión cinematográfico. Hasta aquí el relato de lo que parece una novela policíaca, intriga y desenlace afortunado. Estas cosas pasan, y pasan muy a menudo para desesperación de cultos e ilustrados que no entra en nuestra cabeza que exista gente dispuesta a expoliar el patrimonio cultural de la historia o de un país por conseguir unas monedas, en este caso muchas menos del valor real del documento. Otra historia es aquella en la que funcionarios o/y políticos son capaces de facilitar para que “otros” se lleven lo que pertenece a un estado, nación o personas, como ocurrió con los datos de “La Mercedes” y el follón que se ha montado con el expolio del fondo marino, exclusiva competencia del estado, por parte de la empresa busca tesoros. También el nuestra biblioteca nacional hubo quien arrancaba páginas enteras de códices y legados bibliográficos para venderlos al mejor postor. En fin que no hay nada que se escape a la voracidad de estos buitres.